Por Efraín MOrenoí Arciniega
En su libro “El mito de Sísifo, Camus
nos expone una interesante reflexión sobre lo que es para él el problema fundamental de la filosofía, el cual determina de la siguiente manera: Juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía.
El resto: si el mundo tiene tres dimensiones, si las categorías del espíritu son nueve o doce; si fue primero la idea o la materia; si son cuatro los elementos primarios que dieron origen a la vida; y cosas como estas; viene después.
A partir de esta reflexión, Camus concluye que si la respuesta de un hombre a esta pregunta, en un momento de su existencia, es que la vida no vale la pena seguirla viviendo, su determinación será suicidarse;señalando que ese hombre llega a ello porque ha concluido que su vida como tal es un absurdo: vive como no quiere vivir y no tiene lo que quiere tener. Para Albert Camus, un hombre que se suicida es porque es un hombre infeliz; su razón ya no le explica el mundo que vive pues esta ha sido vencida por la irracionalidad de sus pensamientos para explicarse las cosas que le pasan en su vida. Sin embargo, si Usted es de loshombres que piensan que pese a todos los problemas que hoy tiene: a los económicos que le agobian; a las diferencias que tiene ahora con algunos de sus seres queridos; a los imbéciles políticos que creen que es Usted un tonto cuando le explican con bulos su abusivo proceder; si pese a saber que nos puede atacar ese maldito virus del COVID y morir; si pese a todo esto, Usted sigue creyendo que la vida vale la pena vivirla, pues entonces congratúlese, es Usted un hombre dichoso; ha resuelto el problema fundamental de la filosofía, en la perspectiva de Camus, de otra manera al suicida. Un hombre optimista es sin duda un hombre feliz.
Decía José Ortega y Gasset, en su libro “La rebelión de las masas”, refiriéndose precisamente a lo que él llamó “El hombre masa”, cuando observaba que este tipo de hombre era un hombre que exigía la resolución de sus problemas de existencia sin tener una idea del esfuerzo que ello exigía:
¡Quién os dijo que la vida es fácil...! Teniendo siempre como referente este pensamiento de Ortega y
Gasset, luchemos también siempre por construir el mundo en el quisiéramos vivir. La tarea no es fácil; el hombre mediocre, si bien no quiere suicidarse por lo que le pasa en su vida, tampoco lucha por cambiarla; esta tarea sólo es propia de los hombres de temple.
Ha sido el individuo, dice el mismo Ortega y Gasset, el que ha cambiado el mundo y no la masa. Por ello criticó a aquella sociedad que se propusiera homogeneizar el pensamiento en la misma; pues ello, además de ser un atentado contra la libertad, limitaba la acción del individuo, y en consecuencia de que esa sociedad creara e innovara.
No ha sido la masa la creadora de la teoría heliocéntrica, lo fue Copérnico.,El Quijote no fue creado por la masa, fue creado por Cervantes. La teoría de la relatividad no fue creada por la masa, fue Einstein. Todas las teorías obras e instrumentos que hoy tiene el hombre, han sido construidos por individuos, no por las masas.
Por esto se oponía Ortega y Gasset a esa homogenización del pensamiento que las mayorías de un país quieren siempre imponer; y con mayor fuerza se oponía a que esa masa ignorante fuera la que gobernara una nación. En estas condiciones, decía: limitando el pensamiento individual y gobernada una sociedad por ignorantes, ninguna de ellas espere progreso y desarrollo. Traído a nuestro tiempo este pensamiento de Ortega y Gasset, sería totalmente falso ese dicho tan propio de muchos de nuestros políticos respecto de que “el pueblo es sabio y nunca se equivoca”.
Mientras Usted reflexiona la veracidad de estas ideas de Albert Camus y Ortega y Gasset, creo que sí es importante empezar a pensar que muchos de nuestros problemas que hoy tenemos en nuestras vidas deben enfrentarse a partir de nuestros propios esfuerzos y recursos, no esperar que sean otros los que nos los resuelvan. Seamos en esto, parafraseando a Amado Nervo “los arquitectos de nuestro propio destino”. Conesto, creo yo, tendríamos una sociedad conformada por individuos más responsables y menos dependientes de sus semejantes, y en consecuencia una sociedad mejor.
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