Menudo entuerto en el que se metió la Rectora de la UAN al descubrirse la entrega de bases de trabajo a familiares suyos y de otros funcionarios. No es un secreto que la UAN atraviesa por una seria crisis financiera, corrupción, impunidad y sobre todo de credibilidad; la universidad tiene un largo camino cuesta arriba para recobrar el reconocimiento que quizá algún día tuvo.
Tampoco era un secreto que la favorita para ocupar la Rectoría era Norma Liliana Galván Meza, muchos corifeos en modo “queda bien” se desgañitaron dándola como ganadora; no se guardaron nada. Algunos verdaderos impresentables ya chupaban colmillo saboreando el festín que disfrutarían con la llegada de la Doctora Galván. Las expectativas estaban por las nubes, más allá del género algunos dudábamos. Sabíamos que era pan de lo mismo, que difícilmente las cosas cambiarían de la noche a la mañana, que el tiempo nos daría la razón; pero jamás imaginamos que el “demarraje” ocurriera tan pronto. Los aduladores callaron.
A escasos días de que el Gobernador Navarro anunciara una millonaria suma de dinero en favor de la UAN para hacer frente a sus obligaciones, en medios digitales se filtró documentación universitaria donde salían las impúdicas listas del nuevo personal de base que incluía familiares; todas autorizadas durante el periodo de la Rectora Galván. Esto indignó a la sociedad, eclipsó la noticia del apoyo financiero y encendió alarmas. Las viejas prácticas nunca se fueron y quizá no hubiera pasado del escándalo de no ser porque MANQ intervino. La Rectora asimiló la avergonzada, sin desmentir nada, se limitó a guardar silencio y en la UAN se metió reversa.
En Política la forma es fondo, el mensaje de MANQ dejó mal parada a la Rectora; salir embarrado así no es cosa menor. Quizá en otro lugar este penoso asunto hubiera
ocasionado no solo revocar las bases, también abrir una investigación por el órgano de control y la tajante renuncia/ cese del Rector. Salvaguardar el prestigio Universitario y no las chambas debe ser prioridad para el Consejo Universitario. Ser Rector de la máxima casa de estudios es un encargo digno de notables y prestigiados personajes de la vida académica, las ciencias y humanidades con un enorme legado; de ser posible de intachable conducta. Su ilustre investidura debiera estar por encima de cualquier interés; inclusive retirarse del encargo y denunciar antes que prestarse a actos que manchen a la Institución y pongan enentredicho su probidad. Dudo que una persona de esa categoría se preste de payaso o títere de terceros; a menos que no tenga vergüenzao sea cómplice. No sé porque recordé a Juan López Salazar hoy prófugo. Aclaro, nunca dudé de la calidad y preparación académica de la Doctora Galván que merece todo mi respeto, pero en otros temas vemos que reprobó. Las huestes sindicales dijera don Rigo “tragaron camote” ante la bofetada del Gober. Pingües defensores salieron... alegan tibias “recategorizaciones” y se victimizan por sus míseros sueldos. Si tan paupérrima es su situación en la UAN ¿qué hacen ahí? ¡Renuncien y trabajen en otro lado! “qué afán” dijera mí madre.
Quizá los ungidos merecían las bases, pero los tiempos están que arden. La sociedad condenó el trompicado acto “per se”; para Juan pueblo, el motivo y fundamento del acto carecen de importancia por los antecedentes de la UAN. Quizá lo malo es que eran sus parientes... Las masas siempre juzgan en blanco y negro, así es su naturaleza. Aportan el dinero, nos guste o no, son quienes mandan. Eso lo sabe al dedillo AMLO; por eso es Presidente de México. Sépanlo... ojalá que esto no se repita. Nayarit es lo que menos merece.
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