Es contra natura conducir a la nación mexicana bajo una ideología, trazos, programas sociales y económicos claramente de izquierda a la vez que se lanza a los militares, no solamente por las calles del país, sino también se les confiere tantas potestades administrativas y control de magnas obras cual si fueran lo más importante a proteger de este país en lugar de conferir el control y cuidado del AIFA, el Tren Maya, las Islas Marías, las Aduanas, etcétera.
La historia de las fuerzas armadas de México y de todo Latinoamérica es negra por sus pésimos antecedentes de agresión y represión a su pueblo en cada país del cono sur incluyendo a nuestro estado mexicano: en Chile por ejemplo, en donde el ejército auspiciado por la CIA de los Estados Unidos derrocó a su presidente democráticamente electo Salvador Allende para colocar en su lugar al dictador Augusto Pinochet; en Argentina, con motivo de otro golpe de estado de la bota militar en donde fueron cientos y quizá hasta miles deciudadanos los que fueron lanzados desde aviones de la Fuerza Aérea en vuelo, quizá imitando a nuestros soldados mexicanos que en 1968 también lanzaron estudiantes desde helicópteros y aviones en vuelo que tuvieron la osadía de protestar en contra del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz; fusilar a 23 personas en Tlatlaya en el Estado de México nuestro glorioso ejército mexicano o, mantenerse pasivo un retén de militares en Acteal mientras eran asesinados medio centenar de mujeres, niños, ancianos solo es, en México, la punta del Iceberg del negro historial de los señores de verde olivo.
En el colmo de las agresiones de militares a la población civil, hoy nos enteramos de la participación del 27 Batallón de Iguala así comopor miembros de la Marina en la desaparición de los 43 normalistas
de Ayotzinapa a quienes infiltraron desde días antes desde su escuela misma. Que los tuvieron y presentaron en barandilla policial para luego desaparecer e incluso, formar parte de la trama perversa de la “Verdad Histórica”, crimen de lesa humanidad que aún no puede o no quiere resolver el presidente Andrés Manuel López Obrar porque hacerlo implicaría “manchar” el “limpio” currículo de la milicia mexicana, sin embargo, desde dentro de la SEDENA, tampoco se hace mucho para ofrecer la cabeza de los responsables de ladesaparición de los 43 normalistas.
Lo menos que puede hacer ahora el Secretario de la Defensa Nacional General Luis Cresencio Sandoval, es presentar a todos y cada uno de los responsables de lo ocurrido esa noche y días posteriores y que así se lee en un párrafo de La Noche de Igual: Este esquema putrefacto fue lo que ocasionó la tragedia de Iguala aquella noche del 26 de septiembre de 2014, en la que elementos de la policía municipal de Iguala, de la Policía Federal y soldados del 27 Batallón de Infantería del Ejército se pusieron a las órdenes del crimen organizado para desaparecer forzadamente o asesinar a 43 jóvenes estudiantes que sin saberlo se apoderaron de dos autobuses repletos de droga para trasladarse a la Ciudad de México. Ahora tenemos que agregar a miembros de la Marina Armada de México según las nuevas revelaciones publicadas el día de ayer en los medios de comunicación y que intervinieron en alterar la escena del crimen.
Hoy duele saber que, tanto que ayuda este gobierno de izquierda de la 4T a los militares, y estos, no corresponden como debieranhacerlo en una reciprocidad por tantos favores y apoyo que les está brindando el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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