Por: Lic Humberto Avena Rivera
Porque lo que sucede con muchas de las resoluciones que dictan los jueces y magistrados del Poder Judicial de Nayarit que revelan desde venganzas hasta laxitud, y casi nunca justicia; bien vale hacer un análisis de la composición de uno de los tres poderes existentes en el estado, sin dejar de lado a la Fiscalía General, “jefe nato” del Ministerio Público, binomio indisoluble en cuanto a impartición de justicia se refiere, pero, sobre todo, para generar y propalar corrupción en agravio siempre de los justiciables del colectivo social.
DE INSUSTANCIAL RESOLUCIÓN A SUSTANTIVO Y TRASCENDENTE EL FALLO Una aparente inocua sentencia familiar bien puede ser, ordenada desde la cúspide del Tribunal Superior de Justicia, para satisfacer una vendetta, lograr favores sexuales o para en justicia condenar a un poderoso; para más tarde degenerar en llevar a prisión al más encumbrado magistrado de ese tribunal por su omisión en la condena al poderoso o, bien, colocar a un juez inferior al borde de las rejas, si se impartiera justicia, por cumplir un mandato del presidente del Tribunal Superior de Justicia a contrapelo del procedimiento. Justicia a la Carta pues, pero difícilmente justicia.
En Nayarit, la justicia ahora cabalga a lomo de asno perezoso, necio, ignorante pero muy pretencioso, de hecho, no se le puede denominar justicia cuando la misma es caprichosa a modo de una persona o de grupos de interés.
Si bien es cierto que contamos con leyes e instituciones, siempre habrá manera de torcer la ley y a las instituciones contaminarlas con la designación de funcionarios veleidosos, malos y en el peor de los casos perversos. Hablemos del origen de los funcionarios del Poder Judicial y de la Fiscalía General de Justicia, porque en su génesis está toda la causa de la corrupción y degradación de todos los males que nos quejan como sociedad.
ORIGEN DE LOS JUECES Los jueces son designados a capricho del presidente del
Tribunal Superior de Justicia en turno, si bien es cierto que hacen un examen para ganarse el puesto los aspirantes a ser Juez de Primera Instancia, el resultado de éste es caprichoso, a modo, y del que siempre quedan dudas sobre lacalificación de los examinados, ya que al final aprueban los amigos, los afines, los cercanos al presidente en turno. El resultado de esta contaminada manera de seleccionar a los jueces, es que se logra una camarilla, un bloque de titulares de los juzgados al contentillo de quien preside el Tribunal; en lo futuro serán jueces a modo y al servicio de quien les concedió el inmerecido cargo.
DEL NOMBRAMIENTO DE LOS MAGISTRADOS Cada magistrado que es designado para formar parte del Tribunal Superior de Justicia en una de sus Salas o bien como magistrado de una Sala Unitaria, tiene un origen cierto y claro: proviene del interés del gobernador en turno, quien envía a la siempre servicial Legislatura en turno una terna para de ahí escoger, que no elegir por sus méritos, a uno de los tres que ya va de antemano palomeado por el jefe del ejecutivo que mandó la terna. Al igual que todos los nombramientos que tienen su origen bajo este mecanismo, solo por citar algunos ejemplos, son los magistrados del Tribunal Administrativo, el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, el Fiscal General del Estado, etcétera, todos están contaminados e indefectiblemente conllevan a servir a quien les otorgó la mayoría de las ocasiones la
inmerecida magistratura.
Bajo el esquema anterior del nombramiento de estos jueces del Tribunal Superior de Justicia, en lo sucesivo, las sentencias de interés o trascendentes estarán contaminadas con el claro tufo de un jefe del poder ejecutivo y si no, por las órdenes de quien preside el Tribunal. Muchos se habrán de preguntar ¿y la justicia en dónde queda? La respuesta es que descansará en la buena o mala voluntad política o facciosa de un hombre ajeno al proceso judicial de que se trate.
(Continuará)
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